Basándonos en el método pedagógico Montessori se puede diseñar un espacio o rincón de dibujo en casa en el que los pequeños se manejen con autonomía y cómodamente. ¿Qué debe incluir? ¿Cómo presentar los materiales? Veamos de forma sencilla las claves para hacerlo.
María Montessori dice respecto al dibujo:
"Para dar el don del dibujo, debemos crear un ojo que ve, una mano que obedece, un alma que siente; y en este trabajo la vida misma debe cooperar. En este sentido la vida es la única preparación para el dibujo. Una vez que hemos vivido, el estallo de la vista hace lo demás." Por tanto, "no existen ejercicios graduados para el dibujo llevando a la creación artística. Este objetivo solamente puede alcanzarse a través del desarrollo de técnicas y la libertad espiritual. Esa es la razón porque no enseñamos a dibujar a los niños de forma directa. Les enseñamos de forma indirecta, dejándoles libres para reproducir en función de sus sentimientos. Así dibujar se transforma en una forma de expresión, al igual que el lenguaje; y casi todas las ideas pueden ser expresadas en dibujos".
Desde este enfoque, el dibujo se desarrolla libremente por el niño y va evolucionando y perfeccionándose con la práctica y la experiencia personales. Hay libertad para expresarse, según los intereses y necesidades de ese niño en particular.
El dibujo en un aula Montessori
En los ambientes de las aulas Montessori existe un espacio asignado para cada materia, accesible y organizado por dificultad. Así pues, el dibujo estaría en el espacio de arte, con los materiales cuidados y seleccionados para ser manipulados por los niños.
En las aulas de las escuelas convencionales, y sobre todo en casa, no siempre es posible designar un espacio al dibujo. Sin embargo, es posible poner en práctica muchas de estas recomendaciones para preparar un entorno de dibujo adecuado a las posibilidades y necesidades de cada familia o grupo escolar. Veamos qué principios seguir para su diseño.
Todo a mano
Como en los otros ambientes Montessori, es fundamental que los materiales estén al alcance de los niños. Para ello, se utilizan estanterías bajas y los estantes están abiertos. Podemos colocar cestas y cajas en el suelo para hacer más accesible el material. Las mesas y sillas deberían ser adecuadas al tamaño de cada niño.
Para el dibujo en soporte vertical se pueden adquirir unos caballetes o sostener en la pared pizarras de fácil acceso para el pequeño.
Buena iluminación
Es importante contar con un espacio bien iluminado, en el que no sea necesario forzar la vista ni por exceso ni por defecto de luz.
Lo justo y necesario
De nada sirve sobrecargar de material los estantes o las mesas, porque no son funcionales. Si se sobrecarga hay más facilidad de tirar y ensuciar el espacio por la dificultad para coger las cosas. Cuando se satura de material, muchas cosas quedan sin usarse o se gastan a medias.
Ahora bien, sí es importante disponer de materiales diversos (por ejemplo papel de varios tamaños) para que el niño experimente según sus intereses y necesidades de expresión.
Material cuidado y ordenado
Es bueno que los niños entiendan que hay un uso concreto para ciertos objetos y que cuidarlo implica poderlo usar más veces. Por eso, es importante explicar cómo funciona cada uno de los materiales y cómo mantenerlos (cerrar el tapón de los rotuladores o limpiar los pinceles al acabar).
Así mismo, debe existir un orden lógico en la colocación del material. Por ejemplo, colocar los vasos de plástico y los pinceles en el mismo estante o en el estante que está justo debajo de las témperas. De este modo no sólo se fomenta el orden sino también su organización una vez se finaliza la actividad.
Un lugar para lo que ya no nos sirve
Es necesario contar con una canasta o cesto para todos los desechos de papel utilizados. La podemos situar cerca de las cajas o estantes del papel, al lado de la mesa, etc.
El cuidado personal
Es recomendable disponer de batas o delantales para el dibujo y de un espacio para poder limpiarse las manos u otras partes del cuerpo que se hayan manchado con elementos como una pica, jabón, agua, toalla, etc.
El papel del adulto en el ambiente de arte
El adulto tiene el papel de guía y su función es dar a conocer el ambiente de forma respetuosa y cariñosa. En el primer contacto del niño con el ambiente se le muestra donde está el material, cómo utilizarlo y cómo recogerlo una vez finalizado el trabajo. El educador está atento para que el niño se sienta a gusto en el espacio: observa cuáles son los materiales de su preferencia y el uso que hace de ellos, para incidir más en éstos; se preocupa de reponer el material gastado o deteriorado para que la actividad pueda fluir con libertad y autonomía en todo momento, etc.
El ambiente de arte en Montessori
Se aprecia el orden y la sencillez en el diseño. Hay espacio suficiente para circular, coger y dejar el material, y cuenta con todo lo imprescindible.
Autora: Judit Cueto (Garabatos y Dibujos)