El otro día leí en el facebook de mi amigo Juan Soto Ivars (un magnífico escritor) una reseña que me llamó la atención y por eso os la copio tal cual fue escrita:
"La primera vez que leí "Cien años de soledad" tenía 15 años y estaba en clase de economía. Mi profesor estaba explicando algo relacionado con los balances y yo leí ese comienzo tan cojonudo de mucho tiempo después frente al pelotón de fusilamiento y ya no podía parar. El profesor se acercó a mi mesa a ver qué leía sin dejar de dar su lección. Y amigos, me permitió seguir leyendo. Mucho tiempo después nos hicimos amigos y me confesó aquel episodio. Pensó que ya tendría tiempo para aprender a hacer balances, pero supo ver que ese minuto de estraperlo en la adolescencia, de leer a escondidas, iba a ser fundamental. Fue un testigo sensible a quien le debo mucho."
Y ahora una pequeña reflexión al respecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Caracol Miricol te da las gracias por tu comentario.