Rota la patita,
sin poder andar,
la pobre hormiguita
se puso
a llorar:
- ¡A ver cómo voy,
cojita que estoy...!
La oyó un caracol:
- No llore, Señora,
la llevo yo...
A ochenta por hora
pasó una tortuga:
- ¡Suba, suba suba...!
Pero un gorrión
la cogió en su pico
y se la llevó...
Así es como fue
la pobre hormiguita cojita
volando a Belén.
Autor: J. González Estrada
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