martes, 24 de diciembre de 2013

Enseñar a nuestros hijos a ser responsables

La responsabilidad es la habilidad para responder. Se trata de la capacidad para decidir dentro de los límites de las normas sociales y de las expectativas comúnmente aceptadas. Se dice que un niño es responsable cuando sus actos coordinan, de forma creativa, sus propios objetivos con las necesidades de los demás.

Nosotros, como padres, enseñamos a nuestros hijos a ser responsables, asignándoles ciertas obligaciones desde bien pequeños, acordes a la edad y capacidad de cada uno de ellos. Es importante que no volvamos a hacernos cargo de las tareas encomendadas a nuestros hijos, ya que, el sentido de la responsabilidad, ayuda a fomentar y a reforzar su autoestima y la autonomía, haciendo que cosechen éxitos cada vez con mayor frecuencia, beneficiándose de las consecuencias positivas de esos éxitos.


¿Cómo enseñarles a ser responsables?:

1. Desarrollar la sensación de poder del niño. Cuando se tiene sensación de poder se poseen los recursos, oportunidades y capacidades necesarias para influir sobre las circunstancias de la propia vida.

2. Ayudarles a tomar decisiones. Los niños que han aprendido a ser responsables, toman mejores decisiones que los que no han aprendido a serlo.

3. Establecer normas y límites y ser coherentes. Las normas y los límites dan a los niños mucha seguridad, lo que hace que actúen de forma más ordenada. Si no existen normas claras y evidentes, no hay manera de ser coherente. Los niños necesitan normas y límites claros para que conozcan lo que está marcado previamente (horarios, actividades…) y puedan discriminar qué es lo que se le permite y qué es lo que no. Además, tienen que conocer las consecuencias de no cumplir las reglas.

4. Utilizar tareas y obligaciones para crear responsabilidad. Hay que concretar, es decir, especificar cómo, cuándo y quién debe hacerlas. Esto desarrolla la capacidad de organización y los propios recursos.

5. No ser arbitrario. Aclarar lo que queremos, comunicar estas expectativas de forma sencilla y directa, y concretar cuáles son las consecuencias esperables si el niño actúa en consonancia o no con esas expectativas.

6. Dar recompensas por ser responsable. Recompensa es aquello que el niño valora, desea o necesita. Los niños a los que se recompensa (recompensas de orden material y, sobre todo, no material) por ser responsables van desarrollando gradualmente la conciencia de que la responsabilidad y los buenos sentimientos están relacionados; y, con el tiempo, disminuye su necesidad de recompensas externas.

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