Los niños y niñas pequeños necesitan sentirse útiles e integrados en el entorno familiar, y una manera de hacerlo es dándoles responsabilidades y tareas en el hogar, acordes a su edad. Realmente TODOS necesitamos sentirnos útiles como parte del desarrollo de nuestra autoestima y valoración personal, y esto no es diferente en el caso de los más pequeños de casa.
Las chiquitareas son dar pequeñas labores y tareas a los más peques del hogar. Este tipo de distribución de las labores domésticas trae consigo grandes ventajas al interior de la familia:
1.) Fomenta la corresponsabilidad y la igualdad, despojando de roles preconcebidos a niños y niñas, haciéndolos desde pequeños copartícipes de las responsabilidades del hogar sin diferencia de género.
Esto es algo innato en los peques, pero que nosotros los adultos vamos "reformando"; ¿acaso no has visto nunca a un niño cogiendo la fregona o la mopa o el trapo para hacer las cosas que ve que se hacen en casa? Pues si desde pequeños entienden que no son cosas de género, que es válido ayudar a limpiar porque la casa es de todos, entenderán lo valioso que es el trabajo del hogar y las labores de cuidado.
2.) Ayuda a la conciliación, ya que con el tiempo, como ayudar se convertirá en un hábito, llegará el momento en que las cargas de la casa estarán tan repartidas que todos tendrán más tiempo para otras cosas.
No será solo la madre la que estará atenta a las cosas de casa, o el padre, sino que los hijos también formarán parte del ciclo de labores del hogar, facilitando un equitativo reparto del tiempo.
3.) Fortalece la autonomía y el autoestima, ya que al sentirse útiles y capaces se lo demuestran a ellos mismos; hay que ver la cara de satisfacción que ponen, cuando han logrado hacer algo por ellos mismos.
No se trata de que finjamos que ayudan, pero si debemos entender que dependiendo de la edad, esa ayuda inicial nos pueda significar en algunos casos un poco más de trabajo al inicio, o porque no, tener que repetirlo nosotros después, cuando ellos no lo noten, si es que es verdaderamente necesario. Pero lo importante es que vayan desarrollando el hábito y poco a poco lo irán haciendo mejor.
Algunas chiquitareas que pueden asumir nuestros hijos desde pequeños son:
De 1 a 3 años:
- Ayudar a recoger sus juguetes (con canción de por medio, aunque a veces cuesta que lo hagan).
- Limpiar el polvo con el plumero (esto les encanta, al inicio es como un juego)
- Dar de comer a las mascotas (esto además ayuda a sensibilizar con las labores e importancia del cuidado)
- Poner la mesa
De 4 a 6 años:
- Recoger las hojas del jardín (aparte de darles luego la oportunidad de tirarse sobre la montaña de hojas)
- Pasar la aspiradora
- Pasar la fregona (si se tiene paciencia, y no nos importa que las primeras veces hagan lodazal, es una actividad que les divierte mucho, y poco a poco van haciéndolo mejor)
- Limpiar y acondicionar "la casita" de las mascotas (ser responsables de parte de las mascotas, los ayuda a entender desde pequeños la importancia del cuidado)
- Tender la ropa (de la ropa interior y calcetines)
De 7 a 10 años:
- Todo lo anterior
- Ayudar en pequeñas reparaciones del hogar ( ayudar a cambiar una bombilla, a reponer baterías, a pintar, a desatascar tuberías, etc.)
- Recoger y mantener recogida su habitación
- Hacer la cama (por lo menos los fines de semana)
No se trata de que las chiquitareas se conviertan en motivo de pequebatallas, sino que poco a poco se vayan convirtiendo en hábitos, lo que no es bueno es forzarlos, sino más bien estimularlos para no dar la lata y que termine habiendo un "efecto rebote" y llegada la adolescencia no quieran saber nada de colaborar en casa.
Creo que el énfasis debe estar dado en el refuerzo positivo y en el hecho de que la casa es de todos y es muy lindo demostrar amor hacia nuestro hogar cuidando todos de él.
Autora: Catalina de "Mamá también sabe"
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