martes, 3 de junio de 2014

¿Cómo enseñar a los niños a leer?

Desde pequeños los niños disfrutan escuchando cuentos y mirando las fotografías de los libros. A partir de los cuatro, cinco y sobre todo seis años de edad las escuelas centran su actividad en desarrollar su capacidad lectora.

Sin embargo, familiarizar a los niños con la lectura antes de que aprendan en la escuela no es una idea descabellada. Los niños pueden aprender si se les ayuda en casa, pero a menudo los padres no saben cómo encaminar a su hijo en este fantástico mundo, cómo introducir ese hábito que desarrollará su fantasía y su capacidad lingüística.


Por ello vamos a introducir una serie de acciones que pueden fomentar este hábito de lectura y estrechar los lazos afectivos:
  • Lee a tu hijo cuando es más pequeño, incluso cuando es recién nacido. De esta forma apreciará los libros desde una edad muy temprana. Si desde el principio percibe que los libros son objetos para jugar es probable que más adelante no disminuya su interés en ellos.
  • Mientras lees el libro, o una vez que él haya aprendido a leer, hazle preguntas acerca del libro o anímale a adivinar qué pasará al final. Esto hará que el niño interactúe con el libro y es una forma muy eficaz de desarrollar su comprensión. Algunos niños aprenden a leer con mucha fluidez pero a la hora de la verdad no han entendido gran cosa. Es importante que aprendan a leer, pero lo es tanto o más que dialoguen con el texto y que se formulen preguntas sobre lo leído para ir desarrollando su capacidad crítica y su comprensión verbal.
  • Recomendamos que al principio comiencen con libros con muchas ilustraciones. Imágenes alegres, letras grandes y de colores vivos serán ingredientes fundamentales para animar al niño a leer, junto con el entusiasmo transmitido por el padre o la madre.
  • Elige libros y cuentos que entusiasmen al niño. En cuanto sea posible, procura que sea el pequeño quien escoja libros de su interés. La actitud positiva será primordial y, ante todo, debemos conseguir que el libro despierte su curiosidad. La motivación es muy importante en el desarrollo de cualquier habilidad.
  • Cuando tu hijo pueda estar quieto en un lugar cerrado, llévale a una biblioteca. Así, el niño tendrá la oportunidad de familiarizarse con los libros y estará construyendo un lazo con la lectura. Deseará volver muchas veces para elegir el libro que quiera.
  • Predica con el ejemplo. El niño sentirá más interés por leer si habitualmente te ve con un libro en la mano. Piensa que los niños aprenden por imitación. Si nota que te gusta leer, es probable que despiertes ese gusanillo en él.
Te animamos a manejar libros con tu hijo en una edad temprana. Verás lo gratificante que es verle leer de forma autónoma y ver cómo disfruta enseñándole a sus hermanos o amigos cosas que ha aprendido.

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