Las rabietas son el fruto de la sensación de impotencia de no poder salirse con la suya. Nuestra actitud es básica para ayudarles a superarlas.
Cosas a tener en cuenta en las rabietas de nuestros hijos:
- Acabar concediendo lo que quieran equivale a perpetuar rabia e insatisfacción.
- Responder con falta de control es dar a entender que esta es la forma correcta de resolver conflictos. Los adultos también lo hacemos.
- Convencer con explicaciones, cuando se está fuera de sí, no sirve para nada, puede irritar más.
Asi, será necesario:
- Dejar salir la rabia siempre que no haga daño.
- Tranquilizarnos nosotros, pensando que es consecuencia de la edad y está aprendiendo a autorregularse. No lo hacen para hacernos sentir mal.
- Acogerle corporalmente si no se le pasa sólo, aunque de entrada no quiera.
- Invitarle a tranquilizarse, lavándose la cara, etc, según el caso.
- Hablar sobre lo ocurrido, haciéndole ver que esa actitud no conduce a nada, aportando sugerencias y vías para resolver conflictos.
- Dar un tiempo para que pida perdón, porque aprender a pedir perdón es díficil después de sentir mucha rabia, sobre todo sentirlo.
- Dar tiempo es fomentar sinceridad de aquello que sentimos y aquello que decimos.
- Demostrar que ya no estamos enfadados y que les queremos igual que antes, es el mejor aprendizaje emocional.
- La rabia suele traer consigo el sentimiento de culpa, que es el que más daño hace.
Podemos favorecer su expresión:
- Compartiendo sentimientos de rabia, si los padres y maestros muestran capacidad de reparar sentimientos de rabia, están dando buen modelo. El rencor es el peor veneno de rabietas mal resueltas.
- Exhibir destrezas competentes a través de la asertividad.
- Actividades de autocontrol: relajación muscular.
- Alejándonos del lugar que ha producido la emoción rabia, quedarse sólo, dar paseo...
- Haciendo ejercicio físico liberador de endorfinas, que fomentan el placer y disminuir pensamientos con la actividad.
Autora: Vanesa de la Torre Herrero. Psicóloga Clínica y Educativa.
Bibliografía: crecimiento emocional en la infancia. Grao
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