- Preparemos nuevos sabores guisándolos de la forma tradicional.
- Introduzcamos los cambios poco a poco: alimentos nuevos uno a uno, en pequeñas cantidades y de manera continuada (No cada día, pero ir insistiendo).
- Nuestra actitud como padres es muy importante, si nosotros no comemos verdura nuestros hijos tampoco querrán.
- Ofrezcamos a nuestros hijos nuevos alimentos fuera de las horas de la comida para que los prueben, así se van familiarizando con los nuevos sabores sin la obligatoriedad de comer o la competencia de otros alimentos.
- Dejemos ese alimento a la vista de nuestros niños cada día, pero sin decirles que lo tomen.
- Fomentemos que participen en la compra, preparación y en servir la mesa.
- Sirvamos el alimento rechazado como primer plato (tienen más hambre).
- Evitemos las amenazas, las situaciones tensas… que los niños van a asociar con el alimento en cuestión y van a agravar la fobia.
- No ofrezcamos dietas monótonas: cada semana se come lo mismo, se asocian los alimentos siempre igual (ejemplo: pasta con salsa de tomate, pollo con patatas…). Y sobretodo, no darles sólo lo que sabemos que les gusta.
Qué les das de comer para que sean tan felices??????
ResponderEliminarjajajajaajaa!!! Les encanta verse la cara de payasetes después de comer.
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