Se situó en un rincón de la estación y comenzó a tocar el violín. Interpretó seis piezas de Bach durante unos 45 minutos. Durante ese periodo de tiempo, en plena hora punta, se calcula que unas 1.100 personas pasaron por la estación, la mayoría de camino al trabajo. Sólo 6 personas se detuvieron y escucharon durante un momento. Alrededor de 20 individuos le dieron dinero, llegando a recaudar unos 32$.
Curiosamente los que quisieron prestar mayor atención fueron varios niños que pasaban, pero sus padres se apresuraron a seguir adelante sin darles tregua para hacer una pausa y escuchar.
Este experimento sobre: la percepción, el gusto y las prioridades de la gente fue organizado por el periódico The Washington Post. Las lineas generales, fueron las siguientes:
en un entorno común a una hora inapropiada: ¿Percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?
Una de las posibles conclusiones de esta experiencia podría ser:
Si no tenemos un momento para detenerse y escuchar a uno de los mejores músicos del mundo tocando la mejor música jamás escrita, ¿cuántas otras cosas nos estamos perdiendo?
Pasemos por la vida apreciando cada momento.
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