Cada uno de nosotros podemos cambiar la historia porque depende de nosotros y sólo de nosotros ser solidarios y ofrecer nuestra ayuda en la medida de nuestras posibilidades. SIEMPRE se puede hacer algo para ayudar a los demás.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de participar en una experiencia que me removió por dentro.
¿Cómo nos unen las historias? ¿Puede una historia unirnos a pesar de la distancia y el idioma?
Save the Children ha querido comprobarlo. En marzo de este año viajaron a Laos para conocer a mujeres que compartieran con ellos sus historias. Historias de gente real.
Así que nos pidieron a algunas mamás colaboración para formar parte de un experimento. Y comprobar si una historia puede unirnos, si realmente es posible vivir la experiencia de otra persona, aunque sólo sea por un instante.
La prueba consistía en ponerse frente a una cámara y leer.
Leer en alto la vida de Som, fue para mí... desgarrador. Como madre, me hizo ver la suerte que tengo por vivir en un primer mundo donde ni se nos pasa por la imaginación la idea de perder a nuestro bebé en el parto. Sin embargo, en pueblos remotos de Laos, mujeres como Som están perdiendo a sus bebés en los primeros minutos, horas y días porque están dando a luz sin la ayuda de una matrona.
Ya no se puede cambiar la historia de Som. Pero podemos cambiar otras muchas historias que todavía no se han escrito. Por eso nuestra solidaridad es necesaria y hace TODO por cambiar historias.
Por eso, YO PUEDO CAMBIAR LA HISTORIA, ¿y tú?
Una matrona puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Cada 12 segundos muere un recién nacido en el mundo. Muchas de estas muertes pueden evitarse si se cuenta con los recursos adecuados.
La mayor parte de las muertes de recién nacidos se pueden evitar. No deberían ocurrir en ningún lugar del mundo.
Una matrona preparada puede asegurar que las madres y sus bebés estén a salvo durante el embarazo y el parto. Todas las madres deberían poder disfrutar el momento en el que sostienen a su bebé en sus brazos por primera vez.
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