miércoles, 31 de diciembre de 2014

Aprendiendo buenos modales (XI)

Buenos modales en la mesa:

Es muy importante saber comportarnos en la mesa, tanto en nuestra casa como en un restaurante. 

  • Sentarse correctamente es lo primero.
  • No apoyar los codos en la mesa.
  • No hablar con la boca llena.
  • No gritar, jugar, ni molestar al comensal vecino.
  • Esperar que la comida esté servida para todos antes de empezar a comer. 
  • Si se desea algo de la mesa, no estirar el brazo sobre la comida, sino pedir que alguien pase lo que se desea: sal, mantequilla, pan, ensalada, etc...
  • Después de comer, no hay que olvidar dar las gracias y esperar a que todos terminen de comer antes de poder levantarse del asiento, y si es necesario hacerlo, pedir permiso.
  • Es muy importante no interrumpir la conversación de los mayores.
Los buenos modales se han de practicar en cualquier lugar y/o situación.






El mejor juguete

El mejor juguete de nuestro hijo. Ese con el que siempre quiere jugar. El que más estimula su desarrollo integral. El que no anuncian en la tele porque no se vende. El que no gasta pilas, aunque a veces se le agotan.

Somos NOSOTROS. Entonces... qué estamos haciendo aquí... Apaguemos este chisme y ¡¡¡¡¡¡¡a JUGAR!!!!!!


Propósitos para un nuevo año

Plan de vida Caracolero para el 2015:
1. Ser feliz
2. Dar amor
3. Hacer lo que me gusta
4. Viajar
5. Seguir aprendiendo
6. Conocer gente nueva
7. Comprender mejor la vida
8. Ignorar malas vibras
9. Ser yo, quererme y respetarme


Y todo esto... siempre junto con mi adorable familia y mis maravillosos amigos.

¿Lo lograré? Todo es posible, así que adelante Caracol Miricol.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Deja volar libre la imaginación

La imaginación a menudo nos lleva a mundos que nunca fueron, pero sin ella no vamos a ninguna parte.

Carl Sagan



Amor de madre

Preguntemos a cualquier madre acerca de qué es aquello que considera esencial en el “ser madre” y no vacilará en contestar: el amor.

R. Schaffer

domingo, 28 de diciembre de 2014

Menos es más

Controlar el número de objetos que los niños utilizan para jugar fomenta su creatividad, solidaridad e incluso permite que sus periodos de atención sean mucho más largos.

Los juguetes son el mejor amigo del niño, su regalo perfecto. Por eso los padres se han acostumbrado a saturar el entorno de sus hijos con cientos de objetos que les proporcionan diversión. Sin embargo, limitar la cantidad de juguetes es saludable para los pequeños y a largo plazo trae beneficios importantes. En pocas palabras: menos es más.

El exceso de juguetes evita que el niño desarrolle su imaginación. Los investigadores alemanes Rainer Strick y Ele Schubert en 1999 probaron que los menores no necesitan infinidad de objetos para divertirse. Estos científicos realizaron un experimento que consistió en retirar todos los juguetes de un salón de clases y dejar solo mesas y sillas. Después del aburrimiento inicial, los niños incorporaron estos elementos a sus juegos y terminaron inventando actividades con esos objetos.

Además de estimular su imaginación, en esta práctica los niños también aprenden a ser recursivos, pues tienen que resolver el problema de jugar con pocos materiales y objetos a la mano. Por eso también terminan aprendiendo el valor de la perseverancia y el reto que implica descifrar juguetes sobre los cuales no conocen su funcionamiento. Si el menor tiene múltiples opciones no se tomará el trabajo ni tendrá la paciencia de descubrir qué hay detrás de ese objeto desconocido.

Cuando un niño tiene un sin fin de alternativas para divertirse sus periodos de atención son muy cortos. Como siempre hay un juguete nuevo en línea de espera, los jóvenes no valoran el momento del juego y en cuestión de minutos pasarán a otro objeto. Por eso es muy común que, luego de la emoción inicial, los niños descarten y olviden los juguetes que pidieron insistentemente. Además, no cuidan los objetos porque siempre habrá un reemplazo a la mano.


Tener menos juguetes también le ayuda a los niños a ser más ordenados y a mantener sus habitaciones limpias. Así lo comprobó Ruth Soukup, una madre que desde 2010 maneja el portal Living Well Spending Less, quien un día decidió quitarles todos los juguetes a sus dos hijas como castigo.“Las niñas me miraron asombradas por algunos minutos y luego empezaron a ayudarme. Y así su cuarto estuvo limpio”, relató Ruth.

Después de tomar esta decisión, Soukup se dio cuenta de los beneficios que esto trajo para sus dos niñas. Notó que ellas se concentraban por más tiempo y con mayor facilidad. En vez de aburrirse sus hijas empezaron a colorear y a leer por más tiempo y pasaban toda la tarde jugando al escondite. Tanto así que Maggie, una de las hijas de Ruth, le dijo: “Esta bien que ya no tengamos juguetes, mamá, porque podemos leer y usar nuestra imaginación. Además no tenemos que limpiar todos los días”.

En el siguiente viaje que hicieron en familia sus hijas tampoco pidieron que les compraran juguetes pese a que pasaron por cientos de tiendas. “Son más capaces de apreciar las bendiciones que tienen y pueden disfrutar completamente el momento en el que están jugando. Ya no sienten la necesidad de pasar siempre a otra actividad. Son más creativas y pacientes, más inclinadas a compartir y empáticas a compartir con otros, pelean mucho menos”, escribió Ruth.

Desarrollar mejores habilidades sociales es otro de los beneficios de esta práctica. Los niños aprenden a compartir con otros y a tener mejores relaciones interpersonales, un hecho que va de la mano con que peleen menos y no sean egoístas, pues los juguetes son una fuente de discusión entre los menores. Si existen menos objetos para divertirse, los niños se verán obligados a compartir, colaborar y trabajar en equipo, capacidades que serán supremamente útiles en su proceso de crecimiento y adultez. Así que, papás, a comprar menos juguetes.

Fuente: Semana.com

sábado, 27 de diciembre de 2014

Encamina tu vida

Sed amables con los demás. Hasta dónde lleguéis en esta vida dependerá de cuán cariñosos seáis con los más jóvenes, cuán compasivos con los mayores, cuán comprensivos con los rivales, cuán tolerantes con los débiles y con los fuertes. Porque en esta vida algún día habréis sido todos ellos.



Autor: George Washington Carver

viernes, 26 de diciembre de 2014

Ser pequeño

"Sólo nosotros los niños, disfrutamos de la vida".

El ángel y la estrella

Cuando Dios, en el cielo, estaba organizando la gran fiesta del nacimiento de Jesús, en el pueblito de Belén, convocó a una reunión a todos los ángeles que le servían, para darle a cada uno una tarea que cumplir, de modo que todo saliera muy bien y muy bonito. Los ángeles y los arcángeles se pusieron muy contentos por el gran acontecimiento que estaba a punto de suceder, y asistieron a la cita con Dios, para prestarle toda su colaboración; sólo faltó uno: el ángel más pequeño, que se sentía muy, muy triste, porque cada vez que se miraba en el espejo, podía ver que todavía no tenía alas para volar, y por eso creía que no servía para nada.

Como hacía siempre que había alguna celebración importante, Dios repartía uno por uno todos los trabajos que tenía señalados en la lista, sin darse cuenta de que “Ito”, como llamaban los demás al ángel pequeño, se había quedado en un rincón, llorando, porque estaba seguro de que, como había sucedido otras veces, él no podría cumplir ninguna misión, porque sus alitas no habían crecido lo suficiente para bajar a la tierra.

Un ángel, el más grande y fuerte, recibió la tarea de ir hasta la cueva donde María y José se habían resguardado del frío de la noche, para quedarse allí, cuidando desde afuera, que no llegara nadie inesperado a interrumpir el gran momento.

Otros, los que cantaban más bonito, fueron escogidos para ir al campo donde estaban los pastores que cuidaban sus rebaños, para contarles la gran noticia del nacimiento de Jesús.

A los más tranquilos y serviciales, Dios les encomendó la tarea de permanecer al lado de María y de José, para ayudarles en todo lo que pudieran necesitar.

Los más cariñosos serían los encargados de cuidar a Jesús cuando José lo colocara en el pesebre.

Y todos los demás, que eran muchos, muchísimos, debían volar hasta las estrellas, para colocarlas en el cielo, una a una, de manera que todo el mundo se viera como un enorme y hermoso árbol de navidad, lleno de lucecitas de colores.


Pero quedaba una tarea por hacer… Una tarea importante, y Dios no sabía a quién dársela, porque se le habían acabado los ángeles disponibles… Era una tarea para un ángel muy especial, una tarea para un ángel que fuera capaz de quedarse en un solo lugar, muy quietecito, sosteniendo la estrella más luminosa que había, y que Dios mismo había escogido como señal para iluminar a Belén y sus alrededores, y anunciar que aquella era la noche más importante de la historia del mundo y de los hombres.

Entonces Dios pasó su mirada por todo el cielo, con mucha atención, y alcanzó a ver a“Ito”, el ángel pequeñito, en su rincón… Fue hasta donde estaba, y le dijo: – ¡Qué bueno que estás aquí, porque tengo para ti un encargo importante! Sé que tus alitas no te permiten volar largas distancias y por eso estás triste, pero eres muy responsable y yo te quiero mucho, además, te necesito con urgencia. Tú eres el único que puedes resolver mi problema. Te necesito para que sostengas la gran estrella de la Navidad, sobre el pueblecito de Belén.

Ito, muy asustado le respondió: – ¡Ay Dios! ¿Pero si yo no sé volar! ¡No podré hacer lo que me pides aunque quiera! ¡Soy muy pequeño, demasiado pequeño, para esa estrella tan grande y luminosa!… ¡Hasta se me puede caer!… Entonces Dios le dijo: – No quiero una respuesta negativa. Me gustan los ángeles y las personas que creen en mí y dicen siempre “sí” a lo que les pido. Toma mi espíritu y déjate llevar por él, y podrás realizar todo lo que quieras, aunque te parezca que eres débil y pequeño. Entonces Dios sopló sobre él, y sucedió el gran milagro

Impulsado por el Espíritu de Dios, el ángel pequeñito voló hasta la gran estrella que Dios le había mostrado, y que no estaba muy lejos, y cumplió su misión. Se quedó sosteniéndola para que no se moviera y los Reyes Magos pudieran encontrarla y seguir su camino.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Pórtate bien

Ahora más que nunca les pedimos a nuestros peques que se porten fenomenal para que Los Reyes Magos estén muy contentos con ellos.

¡Qué presión! Dejemos que los niños sean niños, no siempre se pueden portar bien, o acaso... ¿nosotros podemos?


lunes, 22 de diciembre de 2014

La vida

La vida es simple, no la compliques... 
Si no has encontrado a la persona indicada, pues diviértete con la equivocada. 
Si un día la vida te da la espalda, tócale las nalgas.
Si alguien algún día cuestiona tu forma de vivir, no prestes atención y sigue disfrutando de lo que los días te ofrecen; para lograr un objetivo es necesario soñar... así que no pierdas tiempo.


Si un día la persona que amas te es infiel y estás pensando en tirarte por la ventana, recuerda que lo que te pusieron fue los cuernos, no alas... y la vida sigue.
Y si algún día sientes un gran vacío, pues come porque eso es hambre, vive la vida que es un festival de locos. 
Haz el bien y no mires a quien. Total nos pasamos la vida esperando que algo pase y lo que se pasa es la vida.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡VIVEEEEEEE!!!!!!!!!!

Hecho con tus sueños

Desde el Colegio La Milagrosa y Santa Florentina nos desean Felices Fiestas a través de la canción "Hecho con tus sueños", adaptada a Lengua de Signos

Esperan poder transmitirnos la ilusión y el cariño con el que lo han realizado y si nos gusta les encantaría que pudiéramos difundirlo.


Muchísimas gracias y ¡¡Feliz Navidad!!

La sociedad

sábado, 20 de diciembre de 2014

Aprendiendo buenos modales (X)

La servilleta sirve, de ordinario, para limpiarse la boca al comer y secarse cuando sea necesario.

Lluvia de palabras

No todos los niños tienen paraguas, mejor que sea una lluvia de buenos tratos que fomenten la salud mental. Que de tu boca salgan sólo palabras de las que nunca tengas que arrepentirte. 


La palabra puede dañar y la palabra también puede curar, elige las tuyas con mucho cuidado.

Taller de manualidades: El árbol de Navidad

Caracol Miricol tiene muchas ganas de hacer un árbol navideño con todos los niños que se acerquen a su casita caracolera. Será un árbol precioso con un millón de adornos fantásticos.


Nos esperan mil y una sorpresas divertidas y apasionantes este sábado día 20 de diciembre en Caracol Miricol.

¿Os lo vais a perder? Seguro que no.

Os esperamos a todos de 17:30 a 19:00 h

Precio: 10€.

Paseo de Eduardo Dato, 5

viernes, 19 de diciembre de 2014

Campamento de Navidad 2014-15

Este año Caracol Miricol organiza unos días de Campamento navideño. Para todos aquellos peques que quieran pasar ratitos de auténtica diversión y jolgorio, ya saben a donde tienen que venir.

Estamos abiertos los días 22, 23, 29, 30 y 31 de diciembre, 2, 5 y 7 de enero de 9:30 a 13:30h,


Os esperaremos con toda la magia y la alegría de la Navidad, además llenaremos de risas y fantasía la casita de Caracol Miricol.

Precio: 15€/día

Se harán descuentos especiales para aquellos niños que vengan más de 2 días o vengan con su hermanito/a.

Paseo de Eduardo Dato, 5

Lo que mejor se nos da

En este país, lo que mejor se nos da es ayudar a los demás. Y ahora Cáritas, Cruz Roja y Banco de Alimentos, nos necesitan a todos. Por eso, hagamos lo que mejor sabemos hacer, y ayudemos, donando o compartiendo este vídeo en:
http://bbva.info/sabesayudar.


BBVA ya ha donado 1.500.000€, y por cada euro que donemos, aportará otro hasta alcanzar 3.000.000€.

IKER CASILLAS, Futbolista: "En este país lo que mejor se nos da no es el fútbol".

JOAN ROCA, Chef: "No es la alta cocina. Ni ganar estrellas Michelin".

GARBIÑE MUGURUZA, Tenista: "No es el tenis. Ni nuestra capacidad de superación".

CARLOS SORIA, Alpinista: "No es escalar ochomiles, ni batir récords".

Hagamos lo que mejor sabemos hacer… y ¡¡¡ayudemos!!!

jueves, 18 de diciembre de 2014

Recordando un taller de manualidades

El sábado pasado, día  13 de diciembre, hicimos postales de Navidad en nuestro taller de manualidades. Tuvimos el placer de contar con la autora del blog Gelatina de Plata y con sus preciosos peques: Carla y Guille. Como siempre, tuvimos un poco de todo: juegos, música, manualidades, cuentos...  y sobre todo muchas ganas de pasarlo fenomenal.

Mariu, nos hizo un fantástico reportaje de fotos y lo ha dejado plasmado en su blog. Caracol Miricol es fan incondicional de Gelatina de Plata y, claro, no ha podido emocionarse más al ver lo bonito que ha quedado su post.


Os invito que lo veáis haciendo click aquí.

Un millón de gracias desde Caracol Miricol. Así da gusto :-))

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Terror en las aulas

Desde Caracol Miricol estamos consternados ante la última barbarie acometida por un grupo de 6 despiadados talibanes: el ataque a una escuela en Peshawar. 

Un terrible bofetón al derecho de los niños a la educación.



"De los fallecidos, al menos 132 son niños y escolares de entre 7 y 17 años, que estudiaban en un colegio gestionado por militares. Otras 124 personas han resultado heridas, de ellas, 121 niños, según ha informado el general Asim Bajwa, durante una conferencia de prensa en Peshawar."

Cariño y respeto

Lo que los niños realmente necesitan es sentirse seguros y confiar en sí mismos, y esto se logra cuando han sido amados y bien cuidados. No cuando han estado protegidos de cada golpecito o caída, o cuando los han criado con dureza para enfrentar el ´mundo cruel´. Si tratamos a los niños con cariño y respeto mientras logran superar distintos desafíos, entonces están realmente preparados para enfrentar el mundo.


Autor: Lawrence Cohen, PhD.

lunes, 15 de diciembre de 2014

No puedo hacerlo porque nunca he podido

Muchas veces tenemos que lidiar con la resistencia inicial de nuestros hijos a hacer cosas, ya sea porque son nuevas o porque en algún momento no les salió bien cuando lo intentaron. Pero, aunque lo parezca, no siempre es una cuestión de frustración o miedo al fracaso, sino que está relacionado con la percepción de la propia capacidad. La autoestima y el autoconcepto son fundamentales a la hora de atreverse con nuevos retos o para superar viejas dificultades, que al fin y al cabo forman parte del proceso de aprendizaje.

Hace tiempo Jorge Bucay escribió un cuentecito en el que reflejaba en parte esto que queremos contaros hoy. El cuento del elefante encadenado dice así:

Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí, como a otros, después me enteré que me llamaba la atención el elefante.

Durante la función la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal, pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.


Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.


El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?


Cuando tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado ¿Por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.


Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.


Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:


EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO.



Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.

Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también al otro y al que le seguía….Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree – pobre – que NO PUEDE.


El tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás… jamás… intentó poner a prueba su fuerza otra vez. A pesar de haberse convertido en un elefante grande y fornido.


Esta percepción de la propia capacidad no está solo influida por experiencias pasadas frustrantes, sino que está muy afectada por la comparación con otros niños. Si sus iguales pueden y él/ella no, la sensación de incapacidad aumenta, aunque no sea real. Muchas veces, nuestros niños se sienten menos capaces si sienten que no cumplen las expectativas que otros sí satisfacen, y eso afecta directamente a su capacidad futura para resolver retos y situaciones novedosas. Un factor emocional como “sentirse tonto” puede hacer que realmente pongan en juego menos recursos de los que realmente disponen y obtengamos lo que se llama una profecía autocumplida: fallar porque estamos convencidos de que vamos a fallar.

Este proceso se conoce como indefensión aprendida y aparece en muchos ámbitos de la vida, puede experimentarlo cualquier persona, e incluso se puede inducir en animales. En este vídeo, en menos de 5 minutos, nos muestran cómo se puede inducir indefensión aprendida a la mitad de una clase. Está en inglés (subitulado en español) y es maravillosamente explicativo.



Es importante para nuestros niños que les enseñemos a mirar cada situación, cada reto, cada dificultad con ojos nuevos, para poder poner en práctica todos los recursos adquiridos hasta ese momento. Cada tarea escolar, cada juego, cada pedalada en la bicicleta se construye sobre las anteriores, pero no son las anteriores.

Además, es necesario reforzar en cada éxito no sólo el logro en sí, sino los pasos dados para conseguirlo. Ayudarle a reflexionar sobre cómo lo ha hecho, verbalizar con él los pasos, actitudes y destrezas (errores incluidos) que le han permitido conseguir su objetivo. De esta manera le ayudamos a ver sus propias capacidades y a tener a mano ejemplos prácticos de éxito para cuando hagan falta.

Fuente: Piensa Piensa

Convicción personal

El principal problema de la educación, no son los alumnos sino la clientelización de la infancia. Niños clientes de una sociedad de consumo. Consumidores de marcas, telefonía móvil, motos. Lo mismo que sus padres. Eso les confiere una falsa madurez tecnológica, comercial, informática.

Nuestro rival es el consumo, que ha atiborrado a los jóvenes de deseos desde sus primeros años. Mensajes de la televisión, compulsión por consumir y cambiar constantemente de objetos. Valdría la pena hablar con ellos sobre esos deseos superficiales que ellos consideran necesidades fundamentales. Hacerles distinguir entre deseos y necesidades. Cuando yo estudiaba existían deseos, pero no esa pseudomadurez de consumidores.


Si pudiéramos apasionar a nuestros alumnos con las asignaturas sería interesante ver qué efecto tendría en la venta de móviles o de zapatillas deportivas. La sociedad de consumo nos infantiliza a todos, no importa la edad. La mejor forma de ser adultos es revisar nuestra adicción al consumismo.

El tiempo mental que dedicamos al consumo nos produce una preocupación gigantesca. Un tiempo que podríamos dedicar a nuestros hijos. Mientras tanto, ellos se han situado en esa misma lógica consumista y al final nadie se ocupa de nadie. No se trata de un discurso moralista, sino de una convicción personal.

Autor: Daniel Pennac

sábado, 13 de diciembre de 2014

Aprendiendo buenos modales (VIII)

No se debe gesticular con los cubiertos en la mesa...


El placer de la lectura

Zambullirse entre letras para nadar entre sueños.


Taller de manualidades: La tarjeta de Navidad

Caracol Miricol es de viejas tradiciones y siempre escribe a todos sus grandes amigos una postal para felicitarles la Navidad y el año nuevo. Cada año crea una postal diferente con mucha ilusión y alegría.

¿Queréis realizar vuestra postal navideña? Pues si tenéis una pizca de creatividad, un puñado de entusiasmo, muchas muchas ganas de pasarlo bien y derrocháis imaginación; entonces no podéis faltar a la cita de este sábado día 13 de diciembre.


Nos va a quedar la tarjeta de Navidad más bonita del mundo mundial y se la podremos mandar a quien más nos apetezca.

No olvidéis venir preparados para cantar, bailar y reír todo lo que se pueda y más.

Os esperamos a todos de 17:30 a 19:00 h

Precio: 10€.

Paseo de Eduardo Dato, 5

viernes, 12 de diciembre de 2014

Aprendiendo buenos modales (VII)

Aunque “Las Meninas” te encante. Procura no señalar, ni decir que te gustan a gritos y mucho menos con tu dedo tocar.

jueves, 11 de diciembre de 2014

La carta a los papás

IKEA ha realizado un experimento con 10 familias reales, donde los niños nos enseñan lo que realmente quieren hacer esta Navidad. #LaOtraNavidad

¿Qué escribirán los niños en la carta a los Reyes Magos? Y, si tuvieran que escribir una carta a sus padres ¿que pedirían?

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Madres Primerizas VS Madres Veteranas

¿Tienes dos o más hijos? ¿Y eres tan cándido como para pensar que los estás criando de la misma manera? Por mucho que queramos tratar a nuestros hijos igual no es lo mismo afrontar la paternidad por primera vez, con todos sus miedos, neuras e inseguridades, que la segunda, cuando ya estás de vuelta de todo. Y no hablemos del tercer o del cuarto...

Mujeres que tenéis dos o más hijos, ¿cuántas veces habéis pronunciado esta frase?: “No sé qué pasa, que los crías igual… pero te sale uno de cada padre”. Tus amigas, entonces, asienten comprensivas. A ellas les pasa lo mismo y tampoco lo entienden. Es un misterio digno de Cuarto Milenio. ¡Si hemos hecho lo mismo! ¿Qué es lo que ha pasado? Serán los genes…


Pero ahora, entre tú y yo: ¿de verdad lo has hecho TO-DO igual? Quizá deberíamos analizar las pequeñas diferencias, como dice John Travolta en Pulp Fiction:

Diferencia #1: Las fotos

Tienes chorrocientas mil fotos de tu primer hijo en todas las actitudes posibles: Su Primera Foto En El Hospital, Su Primera Papilla, Su Primer Día De Cole, Su Primer Pis En El Orinal, La Primera Vez Que Se Rascó El Ombligo Porque Le Picaba Un Poco, etc… Muchas las tienes enmarcadas y desperdigadas por toda la casa y otras las tienes guardadas en ese álbum tan cursi que alguien te regaló cuando pariste y en el que puedes encontrar hasta un mechón de Su Primer Corte De Pelo. Por no hablar del book de fotógrafo profesional que le hiciste y el pastón que te gastaste en copias para que todos tus familiares pudieran lucirlas con orgullo en el mueble de la entrada. Ahora, pregúntate: ¿cuántas fotos tiene el segundo? Respuesta: me juego lo que quieras a que ni la tercera parte. Menos mal que llevamos el móvil encima porque de otro modo no tendríamos ni la décima.

Conozco a segundos que nacieron en la década de los 70 y cuyos padres apenas tienen pruebas de su paso por este mundo. Las pocas fotos que tienen los segundos del siglo XXI las vas colgando en la nube cuando te toca vaciar la memoria del teléfono. Ni se te pasa por la cabeza el imprimirlas, hasta que un día, el pobre se te acerca y pregunta poniendo cara del gato de Shrek: “Mamá, ¿por qué yo no tengo casi fotos?”. Entonces se te parte el alma y te propones hacer una compilación de las más bonitas, llevarlas a imprimir, comprar un álbum de Anne Geddes con un bebé disfrazado de tulipán embutido en una maceta y etcétera, etcétera…

Pero no.

Si no tienes fotos de tu segundo hijo siempre puedes imprimir una de esas que rulan por Internet y pixelar la cara. “Cariño, no se te ve bien porque era un día un poco nublado”.

Diferencia #2: Cuestiones de higiene y salud

Con el primer hijo todo te angustiaba: unas décimas de fiebre, un llanto de madrugada, una caída, un rasguño que se podía infectar, una manchita que le había salido en el culo…

La frase “puede que tenga un cólico del lactante” te daba más miedo que la escena de la pelotita en “Al final de la escalera”.

Los del centro de salud estaban de ti hasta las narices y lo más probable es que hayas llegado a desplazarte hasta urgencias de madrugada porque no dejaba de llorar y tu hijo acabara durmiéndose en el coche.

¿Qué pasa cuando el segundo tiene unas décimas de fiebre? Respuesta:

Dalsy o Apiretal. ¿Qué pasa cuando se cae? Respuesta: Betadine y tirita si tiene suerte y si no, te chupas el dedo y le limpias la sangre, que la saliva desinfecta. Cuando al mayor se le caía el chupete al suelo sacabas el de repuesto -previamente esterilizado y protegido en una cajita de plástico- y se lo ponías. Cuando se le cae al segundo, te lo frotas en el abrigo y a la boca otra vez. Que se tienen que inmunizar, oye.

Luego las madres veteranas nos quejamos de que el segundo es un cochino comiendo pero ¿alguien le enseñó a coger un cubierto?

Diferencia #3: La ropa

El primero siempre iba de estreno y recibió un montón de regalos al nacer. Tantos, que todavía tienes ropa guardada con las etiquetas porque no te dignaste ni a devolverla a la tienda. El segundo, excepto algún regalo, lo ha heredado todo del mayor. Los vaqueros no le llegan al tobillo, lleva rodilleras en los pantalones del uniforme y el baby con una mancha de tinta en el bolsillo que data de 2005.

Otro fenómeno asociado a la ropa es que con el primero te preocupaban mucho las manchas y siempre debía ir perfectamente limpio y combinado. Lo peor que te podía pasar es que te pidiera un cucurucho de chocolate y se te hubieran acabado las toallitas porque ¡las servilletas de las heladerías son menos absorbentes que el papel de fumar! (Ya era hora de que alguien lo denunciara).

El segundo, por otro lado, a veces se mete en unos fregaos que la madre que está a tu lado en el parque te dice: “Oye, que el nene se ha metido en el estanque de los patos y está jugando con el limo” o “tu hijo se ha comido ya tres hormigas” y tú levantas la vista del libro y contestas algo tipo: “déjalo que coma proteínas que tanto hidrato no es bueno”.


Bebé de primeriza para salir a pasear por el parque en el mes de junio.

Diferencia #4: El colegio

Participaste acaloradamente en las reuniones de padres debatiendo sobre los peligros de beber en la fuente del colegio, como si nuestros hijos sólo fueran dignos de beber agua de un manantial que nace en las cumbres del monte Fuji cuando florecen los cerezos. Sabías qué comía cada día porque tenías el menú del comedor colgado en la puerta de la nevera. Ibas a hablar con la tutora cada dos por tres, preocupándote sobre los avances de tu primogénito en el arduo campo de la lectoescritura, corregías su forma de coger el lápiz y borrabas horrorizada cualquier trazo que sobresaliera 1mm de la pauta Montesori. Y, por supuesto, pasaste todas las tardes que pudiste a su lado haciendo los deberes y estudiando para cada uno de sus exámenes como si estuvieras volviendo a sacarte el graduado. Vamos, que si te llaman para el concurso ese de “¿Sabes más que un niño de Primaria?” lo petas.

Pero ahora… cuando vas a una reunión te la pasas cachondeándote de las ocurrencias de las primerizas con la veterana de turno y deseando que se acabe pronto para poder ir a beberte unas cervezas. Has silenciado el grupo de whatsapp que tienes de la clase del segundo porque cada día recibes cientos de mensajes de madres indecisas aterrorizadas ante cualquier instrucción de la tutora. Y es que a las tutoras ya les vale, ¿cómo se les ocurre pedir cosas tan complicadas como comprar una camiseta roja para el festival? Tú te pasas el resto del día en tensión y a la hora y media empieza el simposio (digno de acalorados debates intelectuales de la 2): “¿manga corta o manga larga finita?”, “¿ajustada o ancha?, “¿cuello redondo o de pico, es que el mío suda mucho”, “pues a la mía el rojo no le gusta, ¿si se la pongo rosa será lo mismo¿ Están dentro de la misma gama”, “chicas, la he encontrado en Zara por 2,95€”.

¡ARGHHHHH!

A ti, que la acabas de sacar del cajón del mayor con la etiqueta, te entran ganas de arrancarte un ojo, meterte un dedo por la cuenca y hurgar en el cerebro hasta encontrar el botón ON/OFF.

El primero lo crías sólo TÚ; el segundo se cría SOLO; el tercero lo cría el PRIMOGÉNITO y el cuarto… ¿cómo se llamaba el cuarto?

Diferencia #5: La hora de irse a la cama

Tu libro de cabecera era Duérmete, niño. Te lo has leído tres veces por lo menos y sólo se te ocurrió ponerlo en práctica cuando descubriste que eso de que tu hijo de 15 meses tuviera que dormir a tu lado mientras te metía un dedo en la boca y te hacía nudos en el pelo no podía ser normal.

Durmió en tu habitación -probablemente en tu misma cama- hasta casi los tres años. Cuando conseguías dormirlo, te levantabas muy despacito, arrastrándote como Leonardo DiCaprio con sobredosis de Lemmons y te ibas a ver la tele a un volumen tan bajito que acababas con tortícolis de estirar el cuello para poder oírla. Bueno, y con el walkie al lado -aunque tu casa tenga apenas 60 metros cuadrados- porque podía ahogarse en su propio vómito a lo Jimmi Hendrix.

El segundo duerme en su habitación casi desde el principio y te limitaste a dejarlo en la cuna, decirle “¡buenas noches!”, darle un besito y ¡hale! Toda la noche del tirón. Maravillas de la ciencia.

Al primero no le dejabas dormir a deshoras para no alterar tus estrictos horarios, dignos de una academia militar. Si en el trayecto a casa veías por el retrovisor que el pobre estaba cerrando los ojos, te ponías a cantar y a dar palmas como una loca para despejarle porque ¡¡NO-HAY-QUE-DEJARLES-DORMIR-A-PARTIR-DE-LAS-CINCO-QUE-POR-LA-NOCHE-NO-DUERMEN!! Eso te daba más miedo que mojar a un gremlin verde. Al segundo más de una vez te lo has encontrado a las siete de la tarde, durmiendo de rodillas con la cabeza apoyada en el sofá y una muñeca en la mano. ¿Y qué has hecho? Pensar “qué mono…”, le has acostado bien, le has tapado con una mantita y ¡a otra cosa mariposa!

A una primeriza le aterroriza dormir con su bebé “por si se acostumbra”. La veterana invitaría a su cama a sus hijos y hasta los del vecino un sábado de madrugada.

Y ahora, la reflexión final: si eres primeriza seguramente te habrás llevado las manos a la cabeza creyendo que exagero. Hablaremos dentro de cinco años, tu perspectiva habrá cambiado te lo aseguro. Y, si eres veterana como yo, seguro que de vez en cuando te descojonas con las amigas cuando recuerdas lo histéricas que éramos.

Y es que ser madre es un grado. ¡Ah! Y lo nuestro no es dejadez, es pragmatismo.

Autora: Paloma Aínsa

Con los ojos de un niño

Una agrupación francesa que lucha por la integración de personas con discapacidad realizó un experimento social y demostró que los niños ven el mundo de una forma natural y sin prejuicios de ningún tipo.


La Asociación Noemí quiere cambiar la forma en que la sociedad vemos a las personas con discapacidades múltiples, quiere que miremos a estas personas de una manera positiva y respetar su dignidad. Su misión: Mejorar su vida cotidiana y llevarles alegría y felicidad.

martes, 9 de diciembre de 2014

De profesión... mamá

Madre al 100%... una ocupación muy ocupada.


El profe

Me preguntaron en la calle: "¿Qué profesión estudió?"
Y yo le contesté: "Soy profesor de Educación física".
Mirándome con extraña expresión en su rostro, se rió y dijo en voz baja: "Qué profesión más fácil, se pasa el día jugando con los niños".
Yo con mi cara bien en alto le dije con firmeza: 
"Sí, soy profesor. 
No trabajo en una empresa, pero sí en un espacio donde promuevo conocimientos en niños y jóvenes.
No discrimino porque doy amor a todos por igual.
No soy su jefe, pero tu hijo me ve como un líder y soy su modelo a seguir. 
No soy psicólogo, pero puedo hacer que tu hijo crea en sí mismo
No soy doctor, pero puedo diagnosticar carencias en niños y jóvenes. 
No tengo horario de trabajo, pues cuando tú ves la televisión y/o duermes, algunos estamos planificando para que tu hijo tenga el mejor aprendizaje.
No soy arquitecto para construir edificios, pero sí construyo sueños y valores.
No juego con los niños, participo en la construcción de sus aprendizajes.
No juego con plastilina, moldeo sueños y valores."


Qué vivan los profesores porque para ser profesionales pasaron por uno de mis colegas.

Si eres profe, lucha por nuestra profesión y demuestra con dignidad que somos excelentes profesionales y que para llegar a ser ingeniero, doctor, abogado... entre otras profesiones, necesitaron de un profesor de educación y ese soy yo.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Taller de manualidades: Un adorno navideño

Estamos ya en tiempo de Adviento, preparándonos para la Navidad. Y como queremos que nuestra casa esté preciosa para cuando llegue el niño Jesús, Caracol Miricol ha pensado que podíamos hacer un móvil navideño, uno en el que se cuelguen cositas preciosas y que quede espectacular en cualquier rincón de la casa.


Este sábado día 6 de diciembre, venid con ganas de trabajar porque nos tiene que quedar muy muy bonito. Aunque también habrá tiempo para jugar, reír, cantar y bailar... 

Os esperamos a todos de 17:30 a 19:00 h

Precio: 10€.

Paseo de Eduardo Dato, 5

jueves, 4 de diciembre de 2014

Una vida perra

¿Os habéis preguntado por qué los perros viven menos que las personas? La mejor respuesta fue dada por un niño de 6 años.

Siendo veterinario, fui llamado para examinar a un perro irlandés de 13 años de edad llamado Belker. La familia del perro: Alex, su esposa Lisa y su pequeño Tom, estaban muy apegados a Belker, y estaban esperando un milagro.

Examiné a Belker y descubrí que se estaba muriendo. Les dije a su familia que no podíamos hacer ya nada por Belker, y me ofrecí para llevar a cabo el procedimiento de eutanasia en su casa.

Al día siguiente, sentí la familiar sensación en mi garganta cuando Belker fue rodeado por su familia. A Tom se le veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente para ya no despertar.

El pequeño niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad. Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el porqué de el lamentable hecho de que la vida de los perros sea más corta que la de los humanos.


Tom, que había estado escuchando atentamente, dijo: "yo sé porqué!.

Lo que dijo a continuación me maravilló, nunca había escuchando una explicación más reconfortante que ésta. Este momento cambió mi forma de ver la vida.

Él dijo: "la gente viene al mundo para poder aprender cómo vivir una buena vida, cómo amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, ¿verdad?"

"Bueno, como los perros ya saben cómo hacer todo eso, pues no tienen que quedarse por tanto tiempo como nosotros."

La moraleja es:
Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:
  • Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.
  • Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.
  • Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis.
  • Toma siestas.
  • Estírate antes de levantarte.
  • Corre, brinca y juega a diario.
  • Mejora tu atención y deja que la gente te toque.
  • Evita morder cuando un simple gruñido sería suficiente.
  • En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto, patas abiertas.
  • Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.
  • Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.
  • Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.
  • Sé leal.
  • Nunca pretendas ser algo que no eres.
  • Si lo que quieres está enterrado... escarba hasta que lo encuentres.
  • Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazle sentir que estás ahí.

Reglas simples

Tres reglas simples en la vida:

1. Si no persigues aquello que quieres, nunca lo conseguirás.
2. Si no preguntas, la respuesta siempre será NO.
3. Si no das un paso adelante, siempre estarás en el mismo sitio.